Historias en Verde - Reflexiones


* Historias en verde - 4ª reflexión -  Los árboles en la Historia
* Historias en verde - 3ª reflexión -  De cómo han evolucionado

* Historias en verde - 2ª reflexión -  Los árboles en la ciudad
* Historias en verde - 1ª reflexión -  Los árboles en nuestra ciudad
                         
                          ****************************


HISTORIAS EN VERDE. -LOS ARBOLES EN LA CIUDAD

REFLEXION

LOS ARBOLES EN LA HISTORIA

José Elías Bonells. -Ex adjunto a la Jefatura del Servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Sevilla


En relación al largo tiempo en el que las plantas y los árboles han evolucionado, los 5.000 años del (Pinus aristata) parecen un momento, y todavía tienen que conocer durante su largo período de vida muchas nuevas y modernas civilizaciones. Es alrededor de un árbol antiguo donde los hechos de la Biblia tienen lugar. Fue hace miles de años, cuando las civilizaciones griegas se levantaban y caían, y sobre tres mil años la dominación del Imperio Romano.

Podían ser vistos por el primer hombre que cruzó Asia a través del puente de tierra que conectó Siberia con Alaska. En este tiempo los europeos viajaban sobre tierra firme desde América, fue hace 4.000 años. Toda la civilización europea del Este fue tomando sitio, era ya tan antigua, como muchos árboles que existían.

Admitiendo que existen pocos árboles que vivan como él (Pinus aristata,) y que hay otros árboles que han vivido con Chauser o Shakespeare cuando escribían, admitimos que los árboles sobreviven muchos años. Hay otras plantas que forman comunidades, que pueden vivir muchos años, pero en estos casos es difícil discernir cuál es la planta primitiva u original, o a menudo, si ésta existe.

Debido a su longevidad, muchos árboles tienen asociación con hechos históricos. El plátano (Platanus x hispánica), bajo el cual Hipócrates se sentó en la isla de Kos, no existe en la actualidad, pero sobrevivió durante largos años.

Los plátanos fueron objeto de veneración durante muchos años en la antigüedad. Xerxes se detuvo especialmente- mientras marchaba hacia Persia para invadir Grecia- para visitar un gran plátano que le gustaba y el cual colgaba joyas en sus ramas. Carlos II fue capaz de esconderse en las ramas de un roble en Boscobel, el roble no existe, pero el arce en el cual el duque de Monmouth se escondió 40 años más tarde permanece todavía. El roble cerca del cual Guillermo II fue asesinado en New Forest esta reconocido que es el mismo que se muestra a los turistas hoy en día.

Una pequeña atención mereció el lugar del nacimiento de Shakespeare, cuando en la mitad del siglo XVIII el famoso actor David Garrik acudió a un festival en Stratford. Una morera estuvo creciendo en el antiguo jardín de Shakespeare, pero, aunque ha durado 200 años, fue pronto destruida para hacer recuerdos. Todavía hoy, algunas moreras crecen fácilmente de los rebrotes de aquélla, y no es imposible que muchas de ellas sean de la que inició su vida como la morera de Shakespeare.

Todavía existen muchos sauces de la época de Napoleón. Existió un sauce llorón en Longmoor en Santa Elena, donde Napoleón se exilió. Después de su muerte fueron tomados esquejes de los mismos convirtiéndose desde entonces en un árbol popular en Francia e Inglaterra. Presumiblemente, mucha gente fue engañada con estos sauces llorones, pero no cabe duda algunos fueron originales.
Lo mismo de podría hacer con el ombú que planto Hernando Colon en la Cartuja.

Porque los árboles viven muchos años, son frecuentemente utilizados para conmemorar algún evento. Una visita real es frecuentemente celebrada con la plantación de un árbol, siendo muchas las veces que un árbol singular es plantado.  Que yo recuerde, el presidente el Líbano plantó un cedro, un regente de las Islas Canarias un drago, una embajada japonesa unos cerezos, un concejal un ficus y un amigo quiso plantar un árbol el día que había nacido su hijo, algunos todavía viven... Cerca de la abadía de Amesbury, en Wiltshire, pueden ser contemplados grupos de hayas, que parecen plantadas al azar y en realidad representan la posición de las escuadras inglesa y la francesa en la batalla de Trafalgar. En Solikull, Birmingham, existe una excelente avenida de tilos, plantada en 1.815 para celebrar la victoria de Waterloo. En Packwood, en Warwickshire, una colección de pirámides topiarias de tejo representa el sermón de la montaña. Dicen que fueron plantados en la época medieval o en el siglo XVII, pero en realidad lo fueron en 1.850.



LOS ARBOLES EN LA RELIGION

Los árboles siempre han sido significativos en la religión. El árbol bajo el cual Buda se sentó es el (Ficus religiosa); mientras otro ficus es asociado con el dios hindú Krishna (Ficus krishnae). El muérdago (Viscum álbum) tuvo gran significado religioso para los "Druids" y Frazer fue capaz de escribir muchos volúmenes en el mordaz Golden bough. Desgraciadamente conocemos poco sobre los "Druids" (sacerdotes-magos del pueblo celta), sin embargo, sabemos que sólo un tipo de muérdago vive sobre los robles en Francia y Gran Bretaña, lo que sugiere que hay algo cierto acerca de la leyenda. Cuando los paganos, como los anglosajones, se convirtieron al cristianismo, los misioneros recibían instrucciones de incorporar sus supersticiones en los rituales de la iglesia.

La gente que vive en climas templados- donde muchos árboles tiran sus hojas en invierno- los árboles de hoja persistente son observados con reverencia. Por ello es por lo que cantamos villancicos al acebo, la hiedra y el muérdago en Navidad, y ponemos el árbol de Navidad en nuestras casas, aunque el árbol de Navidad es una introducción más reciente, fue traído por el príncipe Alberto de Inglaterra durante el último siglo.

Los árboles relevantes despiertan una cierta admiración, el (Crataegus monogyna "biflora") es un ejemplo. En apariencia, es semejante a un espino majoleto, sin embargo, posee abundantes floraciones que, en inviernos templados aparecen desde enero-febrero. Después de que el calendario fue reformado en el siglo XVIII, la Navidad cae en diciembre. La leyenda indica que después de que Cristo murió, José de Arimatea viajó a Glastonbury para convertir a los anglosajones. Como manifestación de la divinidad de Cristo, clavó su cayado en la tierra, donde enraizó y floreció el día de Navidad.

Una leyenda similar se cuenta en Alemania acerca de Tannhauser, donde un peregrino se convirtió en una flor y fue incorporado en la ópera de Wagner.

El árbol parece ser un símbolo universal religioso desde el árbol de la vida de Buda (Lignum vitae), a través del conocimiento de Yggdrasil en la mitología Nórdica. En el Nuevo Testamento, Jesús maldice la estéril higuera y Judas se ahorca en un sauco de acuerdo a una tradición, ó quizás en un árbol de Judas (Cercis siliquastrum) que es más común que el sauco en Palestina.

El origen de la corona de espinas es un problema que ha preocupado largamente a los botánicos religiosos. El candidato más popular parece ser el (Paliurus spina-christi), espina de Cristo, pero las formidables acacias armadas de púas de la región pueden ser candidatas aventajadas, para decidir, hay varias plantas para escoger.

La mirra de los ismaelitas y de Jacob era obtenida de un tipo de jara (Cistus spp.), pero la mirra discutida en el Éxodo y los Salmos es originaria de otra planta. Es posible que sea de la exudación de una goma de (Balsamodendron myccha,) planta nativa de Arabia y Somalia.

El tejo (Taxus spp.) tiene una remota conexión con la religión, habiendo sido plantado en muchos cementerios en Inglaterra, igual que los cipreses (Cupressus sempervirens) en nuestras zonas mediterráneas.


EL VIEJO MUNDO

¿Cuáles fueron los árboles que nos trajeron los romanos o qué plantas trasladaron de un lugar a otro de su vasto imperio?

Las plantas útiles son siempre cultivadas y transportadas antes que las ornamentales. Si los romanos trajeron el castaño y el nogal a Europa, lo hicieron porque querían sus frutos.

A mediados del siglo XVII, después de varias expediciones botánicas, las plantas del Viejo Mundo eran ya muy conocidas e introducidas, en 1.600 el castaño de Indias procedente de Asia Menor, a mediados del siglo el cedro del Líbano (1.746).

Con John Tradescant (1570-1638) se inicia la introducción de árboles del Nuevo Mundo.

China era la cuna de los jardines. Los emperadores chinos, durante más de 5.000 años habían coleccionado plantas.

China no tenía ningún deseo de permitir la entrada de los bárbaros.

Todas las relaciones con China estaban sujetas al capricho imperial. D’Incarville tuvo suerte y después de él, las puertas se cerraron de nuevo.

La jardinería china hizo furor en Europa durante un tiempo, con la construcción de pagodas en los jardines, la primera en Kew (1.761).

Con el Japón la historia fue muy semejante; los europeos eran mantenidos a distancia, sólo los holandeses fueron autorizados a comerciar, pero se les confinó a una isla donde podían salir sólo una vez al año para llevar regalos al emperador en Yedo (Tokio).

Kaemfer, doctor y botánico alemán al servicio de la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales hizo las primeras descripciones de los árboles japoneses, él descubrió el Ginkgo (árbol de origen chino, pero que al igual que el arte de la jardinería, fue importado al Japón muy pronto).

En los comienzos del siglo XIX, los botánicos recorrieron el mundo de acá para allá como las hormigas. Les faltaba llegar al Extremo Oriente, donde su único contacto era la Compañía de Indias del Este en la costa de China.

La intrepidez de un oculista bávaro, Philip von Siebold (quien era capaz de curar cataratas) le dio la oportunidad de penetrar en el Japón y hacer el primer reconocimiento de su flora.

¿Qué ocurrió con todas las plantas y los trabajos resultantes de estas expediciones?

¿Surgió una escuela de jardineros paisajistas que aprovechara tal cantidad de material nuevo y maravilloso?

Esto fue en realidad lo que ocurrió, se utilizaron los jardines, se realizaron colecciones de árboles (arboretos), se plantaron en jardines botánicos y otras se cultivaron en viveros comerciales como más adelante detallamos.

                                       Sevilla julio 2106

             
 


                                       Sevilla julio 2106


                          ****************************


HISTORIAS EN VERDE. - LOS ARBOLES DE LA CIUDAD

REFLEXION

DE CÓMO HAN EVOLUCIONADO

José Elías Bonells. - Ex adjunto a la Jefatura del Servicio de

Parques y Jardines del Ayuntamiento de Sevilla.

Para averiguar la evolución de los árboles sólo poseemos los antecedentes fósiles para guiarnos, aunque no nos ofrecen demasiada exactitud. En primer lugar, no es cierto que cualquier planta pueda conservarse como fósil. En segundo lugar, después que son las partes duras de los animales y las plantas las que se conservan, es más frecuente que estén presentes elementos maderables, que las partes frágiles de las ramas y las hojas.

Existe una excepción de todos modos. Los granos de polen parecen ser indestructibles y se encuentran frecuentemente donde se encuentran los grandes fósiles. Sin embargo, a la hora de identificarlos, los granos de polen pueden corresponder a cualquier planta existente en la zona, aunque muchos corresponden a las primeras plantas de cualquier rastro de fósil puede que sean completamente diferentes a las de hoy en día, por lo que el polen no se considera realmente identificable.

En áreas pantanosas las plantas se conservan mejor que en áreas secas, es por ello que hemos adquirido más conocimientos de las plantas que se han desarrollado en zonas húmedas. A pesar de todo, la ocasión de encontrar árboles fosilizados es bastante remota, hay muchos organismos de los que no existe rastro.

Es también probable que cuando algo está fosilizado sea bastante extendido y por tanto conocido.

De acuerdo con las investigaciones realizadas, las primeras coníferas aparecieron hace 225 millones de años, pero pueden haber evolucionado considerablemente con anterioridad.

Las primeras plantas con comportamiento de tejidos parecidos a las plantas modernas aparecieron hace 400 millones de años. Muchas de las plantas primitivas, como los musgos, pueden haber evolucionado antes. En esta época, la tierra estaba desprovista de animales vivientes, sin embargo, había una gran cantidad de formas de vida en los mares. Las plantas, entonces, podían colonizar cualquier hábitat sin ningún temor de competición. Consecuentemente, eran muy grandes y mucha parte de la tierra estaba cubierta de bosques. No eran bosques de árboles, sino de musgos y grandes Cola de caballo (Equisetum). Muchos musgos modernos son plantas pequeñas igual que la Cola de caballo, sin embargo, la Cola de caballo gigante (Equisetum giganteum) puede alcanzar una altura de 10 m. Hay helechos que también, incluyendo uno que no se ha extinguido pero que aparentemente produce semillas, que puede haber sido el antepasado de las cicas o el principio de las coníferas, que no aparecieron claramente hasta los 250 millones de años. En este tiempo los primeros anfibios estaban apareciendo.

Entre 345 y 280 millones de años antes, el clima sin embargo era seco. Las familias de plantas dominantes eran incapaces de adaptarse y perecían, sin embargo, sus restos fosilizados están todavía presentes en depósitos de carbón o petróleo.

Pero estos grandes bosques desaparecieron y otros árboles tomaron su lugar. Fueron las coníferas y las cicas. Al mismo tiempo, los reptiles e insectos fueron apareciendo y poco después aparecieron los grandes mamíferos. Esta fue la época de los dinosaurios, muchos de ellos evolucionados como pájaros, al mismo tiempo que apareció el ginkgo, 180 millones de años antes.

Las primeras plantas con flores aparecieron 140 millones de años antes, cuando el clima llegó a ser tan frío que los dinosaurios eran incapaces de subsistir. El polen del nelumbo (Nenúfar) aparece entonces, pero muchos rastros de plantas de flor datan de 136 millones de años antes. Incrementándose su variedad en los siguientes 70 millones de años.

Aparte de las magnolias y los nenúfares, pocas de estas primeras plantas de flor tienen mucha conexión con las que vemos hoy en día y es sólo recientemente, desde hace 54 millones de años, cuando plantas similares a las de hoy en día aparecieron. Parecen haber sido en su mayor parte árboles que formaban bosques en las partes más calientes del globo. En este tiempo, muchas de las plantas que ahora vemos necesitadas de condiciones tropicales podían ser encontradas en algunas zonas del planeta. En este periodo, muchas montañas emergieron, como el Himalaya y los Alpes, mientras su actual posición en el continente aparece reciente, como siete millones de años antes. Cerca de un millón y medio de años antes, los polos fueron formados y el clima cambió radicalmente.

El número de árboles disminuyó y su lugar fue ocupado en muchas regiones por plantas herbáceas. Por otra parte, la extensión de los animales herbívoros significó que los bosques no fueran reestablecidos en semejante grado. La vegetación y la distribución de los animales salvajes fueron afectadas por una serie de años glaciares que causaron grandes cambios en la vegetación.

Los bosques aparecen reproducidos a gran escala cerca de 8.000 años después, presumiblemente como resultado de una temporal disminución del número de los animales herbívoros, lo que permitía a los árboles reestablecerse por sí solos. El lapso de tiempo fue tan enorme que es imposible darse cuenta de lo que sucedió (90 millones de años separaron las primeras coníferas de las primeras plantas de flor).

Extraordinariamente, algunas plantas han sobrevivido sin cambios aparentes por millones de años. Nadie en los tiempos modernos ha visto el Ginkgo vivir como planta salvaje. A pesar de todo ha sobrevivido en China durante largo tiempo, como consecuencia de haber sido plantados alrededor de los templos como se hace todavía en nuestros días, habiendo existido desde 190 millones de años como alimento de los dinosaurios. Otra planta, algunas veces empleada por sus tintes otoñales, el Cercidiphyllum, ha sobrevivido con pocos cambios desde hace 40 millones de años.

Muchas de las plantas modernas parecen datar del Mioceno, hace 26 ó 27 millones de años, mientras 54 millones de años antes el Ártico estaba cubierto con bosques de Metasequoia glyptostroboides. Este árbol, sin embargo, fue extinguido hasta que un pequeño grupo de estos árboles fue descubierto en China en 1.941. Se propagó rápidamente por esquejes y ahora crece en muchos jardines de todo el planeta. En un jardín de Escocia es utilizada para setos. El Pinus aristata puede decirse que ha desaparecido como autóctono, pero sin embargo, las plantas pueden vivir 5.000 años y cultivadas por su valor ornamental, pueden sobrevivir durante muchos más años todavía.

Los granos de polen son casi indestructibles, pero hay un gran número de plantas que no producen polen. Su identificación es una invención relativamente moderna. Las primeras plantas en la tierra aparecieron hace 400 millones de años, mientras el polen llegó 200 millones de años después. Cuando decidimos qué plantas de flor son primitivas u originales, es necesario observar sus partes florales. Muchos árboles dependen del viento para polinizarse, algunos llevan flores masculinas y femeninas en una sola planta. Estas plantas pueden ser consideradas como primitivas. Del mismo modo, las plantas que llevan flores de un sólo sexo en el árbol son consideradas primitivas de origen. En estas circunstancias es imposible que un árbol aislado se reproduzca.

Las flores en las que sus partes reproductoras no están claramente diferenciadas son también consideradas como primitivas o rudimentarias, como podemos comprobar en los restos de dos plantas primitivas, la magnolia y el nenúfar. En sus flores, aunque el estilo y el estigma son claramente definidos, los estambres pueden envolverse dentro de sus rudimentarios pétalos, mientras los sépalos y pétalos no están claramente diferenciados. Esto no es una indicación firme, las orquídeas son consideradas bastante recientes y todavía es difícil diferenciar los sépalos de los pétalos. Sin embargo, otra característica de muchas plantas primitivas es que las partes florales son numerosas. Las orquídeas sólo poseen seis hojas florales, dos grupos de polinia y una superficie estigmática, mientras que en la magnolia, por ejemplo, existen numerosas hojas florales, estambres y estigmas.

En las plantas más primitivas el estigma no está claramente definido. En la amapola, por ejemplo, es simplemente una arruga en el carpelo inmaduro. Las flores tempranas están caracterizadas por pétalos siempre separados; a veces juntos se fusionan, como en el Convolvulus, que es considerada más reciente. Las flores sin pétalos son generalmente signo de reciente evolución, particularmente cuando éstas están agrupadas y rodeadas por brácteas parecidas a pétalos o sépalos, que dan la impresión de una gran flor.

Muchas plantas de la familia de las margaritas poseen un anillo exterior radial de floretes, generalmente masculinos, y un capítulo de flores en disco insignificantes, que son hermafroditas.

Una margarita no es una flor, pero un considerable número de las que se unen parece una sola flor. Las hortensias (Hydrangea hortensia) y plantas parecidas al (Viburnum opulus) (Bola de nieve) nos muestran tendencias similares.

Las plantas herbáceas aparecieron después de los árboles, durante los cambios climáticos, a veces excesivamente secos o con bajas temperaturas causadas por la disminución de árboles. Cuando los glaciares se retiraron al final del periodo glacial, aparecieron las plantas anuales, tomando ventaja a las descubiertas recientemente, transformando la tierra. Muchas plantas herbáceas llegan a su madurez y florecen antes que los árboles, por lo que evolucionaron más rápidamente como generaciones adicionales con capacidad de cambio. Anuales y bienales se reproducen así mismo rápidamente. En periodos de cambios climáticos, son las plantas que se han adaptado mejor a la supervivencia.
  

                                                   Sevilla julio 2016

     
                                     ************************************

HISTORIAS EN VERDE -  LOS ARBOLES EN LA CIUDAD
REFLEXION
EL HOMBRE Y LOS ARBOLES
                                                     José Elías Bonells
Ex- adjunto a la Jefatura del Servicio de Parques y
Jardines del Ayuntamiento de Sevilla


              
Una de las características principales del avance de las civilizaciones ha sido el incremento del uso del fuego, se ha precisado para cocer cerámicas, para la extracción de metales, así como para otros procesos técnicos. Por mucho tiempo la madera no sólo ha sido la más accesible, sino la única fuente de obtención de altas temperaturas. Ha sido esencial para la construcción de viviendas, de barcos y posteriormente para la construcción de carros para transportar materiales o para la construcción de viviendas.



Si la tierra es dejada sin interferencias humanas, generalmente alcanza lo que es llamado un "clima de vegetación", que es a menudo un bosque.  



Norteamérica fue cubierta de bosques hasta el siglo XVIII, los bosques de Europa habían desaparecido antes, a pesar de que un número de regiones fueron dejadas para proveer hábitats para los animales que podían ser utilizados como alimento. Los nuevos bosques de Inglaterra y el bosque de Fontainebleau en Francia, fueron reservas reales de caza, pero en general los bosques no fueron reservados nada más que como recurso de combustible.





DEL BOSQUE A LA TIERRA DE CULTIVO



La agricultura es el primer escalón esencial en la civilización y cuando los animales fueron domesticados fue la hierba y no los árboles lo que los granjeros deseaban. Probablemente los colonos originales les llamaba la atención lo que se conoce como desbrozar y quemar.



Con este fin los árboles eran cortados en una pequeña área y la tierra era cultivada. Una vez quedaba exhausta era dejada y otro trozo de bosque era talado. El método es correcto para tierras de cultivo, pero para los animales la hierba era necesaria de forma continuada. Cuando el desbroce y quema de senderos se abandona, el bosque puede regenerarse, el aclareo no era suficiente ya que causaba la erosión del suelo. Cuando la tierra se cubrió de animales herbívoros, los pequeños árboles eran devorados junto con las otras hierbas. Hasta hace poco, el hombre siempre ha considerado que la naturaleza era inagotable y no cambiaría, los recursos naturales han sido despilfarrados hasta una tasa que hoy en día parece extremadamente temeraria y en la actualidad, cuando son conocidos estos factores, poco práctico se hace para solucionarlos o lo que se hace para conseguir una sostenibilidad necesaria es insuficiente ante el gran consumo mundial irrefrenable.



A través de los siglos el uso de la madera ha cambiado. Originalmente han sido los proveedores de todo lo esencial y han continuado siéndolo durante muchos siglos. También fueron santuario de deportes en la naturaleza, algunas regiones fueron reservadas para los taladores, otras para la caza.



Con el incremento del uso del carbón renació un nuevo aprovechamiento comercial el aclareo. En esta técnica los árboles eran cortados y retirados a intervalos regulares, y se les permitía que crecieran de nuevo o rejuvenecieran hasta que entraran en un nuevo turno de tala. El aclareo todavía se realiza, aunque mayormente para material de vallados, para producir carbón, celulosa de papel o madera. Con la desaparición de los bosques primitivos, los terratenientes iniciaron plantaciones como recurso a sus ingresos. En el siglo XVIII realizaron plantaciones de árboles maderables. Esta explotación forestal lideró el reestablecimiento de una gran parte de los bosques desaparecidos. Fue sin embargo una actuación insignificante ante lo que había desaparecido. Los bosques originales fueron de árboles que eran nativos de la zona donde estaban establecidos, mientras que las plantaciones forestales eran realizadas con árboles originarios de otros países.



Un catálogo de árboles forestales ingleses de 1.777 describía entre otros los géneros y especies del Fraxinus caroliniana, el Fraxinus ornus, el Juníperus virginiana, el Chamaecyparis thyoides, el Aesculus hippocastanum, la Castanea sativa, el Quercus coccinea, el Quercus ilex y pinos de otros países, Populus spp. y Junglans spp., muchos de ellos desestimados hoy en día para plantaciones forestales, pero lo más importante a destacar es que muchos de ellos no eran árboles autóctonos de Inglaterra. Probablemente los catálogos franceses, españoles o italianos presentaban especies exóticas similares. Durante mucho tiempo la mayoría de los bosques fueron plantados con árboles introducidos, ahora con menor difusión todavía sigue haciéndose en algunos países, otros lo han reconsiderado y actúan con autóctonos.



Durante el siglo XVIII muchos terratenientes habían creado sus parques. El jardín formal del siglo XVII era muy caro de mantener y costoso de establecer, un estilo más natural fue imponiéndose. Mucho debido a Lancelot (Capability) Brown, quién aparte del Cedro del Líbano (Cedrus libani) trabajó con muchos árboles nativos con las excepciones del plátano y el Larix. Francia e Italia poseían más árboles nativos propios por lo que tenían menos tentación de darse el gusto de plantar especies exóticas. Los franceses eran muy partidarios de la falsa acacia (Robinia pseudoacacia). Gracias a Brown y sus discípulos el paisaje inglés está todavía basado en especies nativas, pero podía haber sido muy fácilmente de otra manera.



Muchos bosques actuales han sido creados por el hombre y esto ha propiciado que se planten especies originarias de otros países, un claro ejemplo lo tenemos en el norte y en el Sur con las variedades australianas de mimosas y eucaliptus forestales.



Los bosques originales, en la región templada están compuestos generalmente por pocas especies, probablemente no más de dos, en la que una predomina, en las regiones frías, en las cuales la conífera es el árbol principal, sólo una especie se presenta en vastas regiones. Esta especialización tiene sus peligros, la plaga holandesa del olmo en toda Europa lo ha demostrado. Otro ejemplo de la vulnerabilidad de las especies singulares es el castaño americano (Castanea dentata), que ha sido atacada desde el final del último siglo por el mal del castaño, que fue introducido accidentalmente del Este de Asia. Como resultado de la plaga algunas autoridades en la materia vaticinan la desaparición del castaño americano en pocos años, otro caso es la aparición de la Phoracantha semipunctata en las plantaciones de eucaliptus. o el Rhynchophorus ferrugineus. Picudo rojo en las palmeras y otras que atacan en distintos países al arbolado.



Esta claro que, bajo el punto de vista de un forestal o de un cultivador ornamental, un bosque mixto no es sólo más atractivo de contemplar, sino que también puede ser más saludable. Es mejor perder unos pocos árboles que todo un bosque.



La extinción de las viñas francesas por la Phylloxera a mediados del siglo XIX causó verdadero pánico. Este es otro ejemplo de una plaga que, aunque de menor importancia en Estados Unidos, tuvo devastadores efectos cuando se introdujo en otros países. Las viñas europeas tuvieron que ser injertadas con los portainjertos americanos para que la Phylloxera dejara de ser mortal.





UTILIZACION DE LOS ARBOLES



La belleza de los árboles y su efecto en el paisaje han sido apreciados desde hace miles de años y su atracción fue particularmente apreciada en Oriente. Tiglath Pileser alardeaba de sus árboles nuevos, los embajadores griegos estaban asombrados cuando el rey persa Cyrus El Grande les decía que había plantado personalmente muchos árboles en su parque- los griegos normalmente dejaban toda la jardinería a los esclavos.



En un viaje de conquista, otro monarca persa, Xerxes, quedó tan impresionado por un gran plátano que colgó joyas en sus ramas. De la literatura griega se puede pensar que sólo existían plátanos. Sófocles y Platón los mencionan e Hipócrates estableció su clínica bajo un plátano en la isla de Kos.



En un tiempo más reciente, los árboles han sido considerados como los elementos más importantes cuando se plantaban en un jardín. Admitiendo que los árboles pueden ser tallados- como en las villas de Pliny en los primeros años de nuestra era- en el jardín del Renacimiento renace la práctica en lo que se creía era un jardín clásico, fue el ciprés el que primero fue utilizado para crear setos y para darle formas arquitecturales.



El Ciprés mediterráneo- Cupressus sempervirens- no aparece más lejos que en el Norte y en los grandes jardines franceses e ingleses entre otros árboles. Estos eran siempre plantados formando grandes setos, a menudo formados al tresbolillo o plantados a lo largo de grandes avenidas. Independiente de convertirlo en el árbol simbólico de nuestros cementerios.



Cuando el jardín informal estuvo de moda, el bosquete formal fue reemplazado por el salvaje y las avenidas rectas fueron sustituidas. La naturaleza hizo aborrecer las líneas rectas, todos los caminos eran curvos y ondulados. Pero, aunque el conjunto era alterado, los árboles eran todavía los principales elementos del diseño. En agricultura se desbordaron las plantaciones, los árboles eran plantados en las praderas para dar sombra al ganado en los calurosos días de verano, pero quizás no por razones estéticas. Fue también a lo mejor para que el colono tuviera una pequeña plantación de árboles en su parcela para poder aclarar y usar la madera para la reparación de sus vallados, que en aquel entonces se construían de madera.



Muchos de los setos estaban muy cuidados, pero, ocasionalmente, un árbol era dejado crecer en su porte natural. Los árboles formaron casi parte del paisaje agrícola al igual que los jardines. Esto parece haber sido más remarcable en Gran Bretaña que en otras partes de Europa.



Esta insistencia en los árboles probablemente se refleja en una antigua sensación de que el paisaje con árboles es más agradable, mientras que los paisajes sin árboles son hostiles. Las estériles zonas sin árboles cubren vastas zonas del Ártico y el Antártico, que cubiertas de hielo resultan extremadamente hostiles, lo mismo sucede en la cima de las altas montañas, que aunque son atractivas en verano cuando la nieve se ha derretido y la hierba es invadida de flores, aparecen desiertas cuando están cubiertas de nieve.



Los desiertos, sin embargo, son contemplados como ambientes hostiles siendo la apariencia de árboles una de las características sobresalientes de un oasis. Praderas y estepas son capaces de admitir árboles y su esterilidad es más debida a la interferencia del ser humano que de la propia naturaleza.



Durante el siglo XIX los recolectores de plantas enviaron semillas a Europa y Estados Unidos desde todas las partes del mundo, mientras los viveristas se apresuraban a producir híbridos. Estos, artificialmente conseguidos polinizando unas especies con otras con la esperanza de poder combinar las mejores calidades de los padres escogidos, se introdujeron en las plantaciones ornamentales.



Existen una gran cantidad de manzanos con vistosas floraciones e interesantes foliaciones. Los hibridadores han conseguido producir manzanos con hojas púrpura y abundantes flores. Los jardineros y viverístas del siglo XIX han sido, por lo tanto, los principales culpables de incrementar el número de árboles introducidos que no se encuentran salvajes en la naturaleza. Antes, la elección de cualquier árbol había sido realizada por su sombra y su forma; ahora es más importante por el color de sus hojas y su importante floración. La moda también juega un importante papel en la selección de los árboles. Es prácticamente imposible introducir una Araucaria araucana con éxito en un jardín europeo, pero ha sido una rareza durante mucho tiempo, hasta que resultó fácilmente asequible para el que quisiera plantarla. Un poco más tarde la Sequoia gigante (Sequoiadendron giganteum) fue también popular y ahora no hay jardín de cualquier tamaño que no haya sido capaz de prescindir de ella, con el reciente descubrimiento del fósil viviente, la Metasequoia glyptostroboides, ha ocurrido lo mismo en países con temperaturas frías.



Los árboles han sido usados así mismo para embellecer las nuevas carreteras y autopistas que se han construido, mientras las grandes avenidas de las ciudades fueron así mismo plantadas con alineaciones de árboles en las nuevas urbanizaciones.



El árbol más utilizado fue el plátano español (Platanus x hispánica), también conocido como el plátano de Londres porque fue extensamente plantado en aquella ciudad. Muchos árboles no resisten en las contaminadas atmósferas de nuestras ciudades, pero el plátano, que renueva su corteza todos los años y por ello no se contamina de hollín, vive esplendorosamente en nuestra ciudad a pesar de sus otros muchos problemas de plagas acontecidos después, muchas ciudades han prescindido de su plantación... En el siglo XVIII la niebla era suficientemente perjudicial en Londres para catalogar una lista de plantas que podían vivir en esta ciudad. Sorprendentemente la contaminación descendió en el siglo XIX. Es menor hoy en día, pero donde existe, es más letal para la vida vegetal, posiblemente como resultado de la aparición de otras materias químicas en el aire. Donde es posible, hoy en día, las grandes urbanizaciones en todo el mundo incluyen los árboles con la tentativa de humanizar la apariencia mineral de la arquitectura contemporánea.



Generalmente, cuando plantamos un árbol, utilizamos una planta joven, que con el tiempo se convierte en un magnífico ejemplar. Sin embargo, ha habido siempre gente impaciente y desde el siglo XVII se ha inventado toda clase de maquinarias y herramientas para trasplantar ejemplares de árboles grandes ya desarrollados. Arboles desarrollados que son a menudo empleados en las plantaciones de las nuevas ciudades. El trasplante de árboles de gran desarrollo es caro y aburrido, especialmente si el árbol muere, pero se consigue el efecto que el arquitecto o el político quiere inmediatamente, aunque lo que puede ser una buena arquitectura no debe ser necesariamente una buena jardinería o al revés. Estos árboles desarrollados sobreviven, pero raramente crecen con éxito, hay que argumentar el porqué del uso de este tipo de árboles.



Las plantas con frutos ornamentales, como los serbales (Sorbus aucuparia) o los manzanos de flor (Malus spp.) no son muy aconsejables para plantar en la vía pública, ya que cuando los frutos se marchitan y maduran y caen se convierten en resbaladizos, pudiendo ser un peligro para los peatones. Esto parece ser un riesgo aceptado y a pesar de ello los serbales, como árboles ornamentales, se ven frecuentemente plantados en las calles de regiones frías. El manzano japonés (Malus tchonoskii) es uno de los nuevos ornamentales; sus hojas, que en primavera poseen un color plateado atractivo, cambia a colores más preciosos cuando caen en otoño. Muchas otras especies de Malus y Pyrus pueden ser utilizadas. En los trópicos y subtrópicos es muy frecuente ver plantaciones lineales de árboles espectaculares como el flamboyán (Delonix regia) o el tulipero de Gabón (Spathodea campanulata). Es de notar que ambos, así como el falso castaño o castaño de indias son muy escasos en la naturaleza, pero han sido muy propagados como árboles ornamentales, existiendo más en cultivo que como especies autóctonas en sus hábitats naturales, en nuestra región un árbol tradicional de fruto es el naranjo amargo, al que deben serles recogidos sus frutos anualmente para su aprovechamiento, al tener el mismo problema.





LA INFLUENCIA DE LOS ARBOLES EN EL COMERCIO



Puede argumentarse que los árboles constituyeron uno de los más importantes recursos naturales para el hombre, incluyendo las celulosas, los combustibles fósiles de carbón y petróleo, lo que es evidente que la civilización depende todavía de los árboles tanto en el pasado como en el presente. Siendo también relevantes por su valor ornamental y el placer que nos ofrecen.



Los árboles nos facilitan muchos de nuestros alimentos. El famoso vapor Bonty, cuando el motín, fue utilizado en una tentativa para transportar el árbol del pan (Artocarpus altilis) desde Tahití a las Indias Orientales. Cuando esta misión fue cumplida en el Providence, el fruto del árbol del pan fue utilizado como alimento y distribuido en todos los trópicos.



La Compañía Holandesa de las Indias se enriqueció con el monopolio de los ajos y las nueces moscadas. Y el árbol del caucho (Hevea brasiliensis) fue permitido extraerlo del Brasil como regalo a la reina Victoria, pero en realidad fue enviado a las colonias inglesas. Los españoles se llevaron el árbol del cacao desde Méjico a África. Los árboles frutales fueron los primeros que viajaron, eran especies que nunca habían sido cultivadas en gran escala con fines comerciales.



Existían problemas en cubrir grandes áreas con una simple plantación. Si aparecía una plaga, el resultado era desastroso. Cuando los huertos eran pequeños y estaban separados unos de otros, los insectos podían dañar una plantación, pero no la totalidad de las mismas. La plaga del cacao, para la cual no existía cura ni prevención, tuvo un gran efecto en los estados africanos.



En la actualidad, el monocultivo parece ser la forma adaptada para cultivar árboles frutales, aunque no es posible limitar el huerto a un cultivo singular. Muchos frutos no pueden ser hibridados por su propio polen. Muchos frutales precisan polinizadores para fructificar.



Muchos frutales han sido cultivados desde hace muchos años y sus orígenes son inciertos. Parece razonable que la manzana provenga del manzano silvestre, pero nadie ha podido demostrar sus vínculos y ambas pueden proceder de un árbol extinguido.



En aquellos tiempos, la selección de nuevos cultivos era más materia de suerte que de investigación. Las semillas de los frutos eran sembradas y cuando aparecía un fruto apetecible se multiplicaba por reproducción vegetativa, injerto o acodo. A principios del siglo XIX, existió la tendencia de hacer cruzamientos e hibridaciones entre dos frutos, para que el fruto resultante reprodujera ligeramente una mejora del anterior, aunque con sólo el sabor es difícil de encontrar calidad, estaba todavía lejos de ser una ciencia exacta. Algunos frutos, generalmente cítricos (naranjas, mandarinas y pomelos), ahora no poseen semillas en sus frutos, haciéndolos más fáciles de comer gracias a los cruzamientos y polinizaciones realizados, al igual con ciruelos, melocotoneros, nísperos, manzanos, perales, etc...



Generalmente ha sido el fruto del árbol el que ha atraído nuestra atención, pero otras partes también deben de ser consideradas. Durante muchos años el único tratamiento efectivo de la malaria fue la quinina, derivada de la corteza de un árbol del Perú (Chinchona officinalis). Su uso fue descubierto por un jesuita misionero español, José Celestino Mutis, y fue conocido coloquialmente como corteza del jesuita. En 1.860, después de diversos pactos políticos, el Director del Kew Garden de Londres, Sir Joseph Hooker, fue capaz de enviar al botánico independiente Richard Spruce a explorar la Sudamérica tropical, lo que permitió obtener árboles jóvenes y semillas de quinina desde Bolivia. Se estableció en las Indias inglesas y ahora es ampliamente cultivada en los trópicos.



Otra corteza de indudable valor, que probablemente descubrimos los españoles es la del (Rhamnus purshiana,) que se conoce en medicina como cáscara sagrada. El americano Joseph Rock, a principios de este siglo, viajó cientos de millas con la intención de encontrar un árbol que se decía curaba la lepra. Tuvo suerte, pero los resultados no fueron los que él esperaba. Existen todavía sin embargo muchos productos medicinales para descubrir y extraer de los árboles.



Antes de que los muebles fueran pegados con cola se utilizaban fibras de un árbol extraídas de las semillas del  (Bombax malavaricum.)



En China, durante muchos años, el papel era producido de la corteza de la morera de papel, (Broussonetia papyrífera,) y se realizaban vestidos con sus fibras.



En el mundo oriental vastas zonas forestales fueron destruidas para hacer papel y cartón. El corcho, derivado del alcornoque (Quercus suber) es muy utilizado para cerrar recipientes y para hacer tapones para las bodegas, así como aislante especialmente en suelos y paredes.



Aparte de su valor alimenticio, las aceitunas y nueces son valiosas fuentes de aceites. A pesar de su elevado precio, muchos cocineros insisten en el aceite de oliva, mientras el aceite de nueces es un buen sustituto. Aceite también se extrae de los cocos, cacahuetes, palmeras y probablemente otros muchos frutos que pueden ser usados al efecto.



El árbol del caucho (Hevea brasiliensis) fue traído del Brasil al Kew Garden en Londres y después a Asia, pero el caucho también fue extraído del árbol del caucho de la India (Ficus elástica). Algunas de estas higueras tropicales también producen laca- con la ayuda de la laca son la base del barniz, mientras otro número de árboles producen barniz. Resinas como el copal, producida por varios árboles leguminosos, se utilizan en la manufacturación de pinturas. Otras resinas producen mastic y turpentina. Antes, los colonos americanos dependían del azúcar extraído de la savia del (Acer saccharum.) El jarabe de arce todavía es popular en estas regiones.



Hay una pregunta abierta de si es el café o el té la bebida más popular, ambos son productos extraídos del árbol. Del té las hojas secas forman la base de la infusión, en el café son las semillas tostadas. Aparte de los árboles para extraer madera, el té y el café son probablemente los árboles más cultivados. Los diferentes productos esenciales que extraemos de los árboles son enormes, los tintes son obtenidos del (Haematoxylon campechianum). Campeche. un árbol medicinal de América Central del que sólo se utiliza la médula. En el Sureste de Asia y las partes cálidas del Norte de África, la alheña se obtiene de las hojas de (Lawsonia inermis) utilizada en cosmética, se extrae un tinte rojizo para hacer tatuajes a la piel y tinte de uñas entre otros usos. Un tinte azul conocido como Yoruba índigo, proviene de las jóvenes hojas de un árbol de África del Este, el (Lanchocarpus cyanenses). El (Achras sapota) es de interés no sólo por sus frutos exquisitos conocidos como "sapotillos" o su mermelada, sino por el jugo de su corteza de donde se extrae chicle que fue la base del Chicle-gum, aunque hoy en día se utilicen otras sustancias.



Uno normalmente no piensa que la cera sea un producto de un árbol, pero todavía en el lejano Oeste los cirios han sido confeccionados con los frutos del árbol de la cera (Rhus succedánea y del Sapium sebiferum), mientras en Suramérica la palmera de cera (Copérnicia cerífera) que crece en condiciones secas y hostiles, produce mucha cera en sus hojas, siendo cultivada comercialmente por esta condición.



En los Andes otra palmera, la Ceroxylon andícola, protege su tronco con una capa de cera.



Mucha gente conoce que la canela es la corteza de las ramitas del árbol de cinamomo (Cinnamomum camphora) del que se extrae el alcanfor, otra canela ligeramente de inferior calidad conocida como "cassia" es obtenida de otras especies. La hoja que da al "curry" su aroma característico procede del árbol indio (Murraya koenigii,) mientras otras especies (Murraya paniculata) es la fuente de la madera de "aceitillo" , (Santalum álbum) es el de madera de sándalo y de un aceite destilado de esta madera aromática, que procede de este árbol utilizado en perfumería .



Cuando Humbolt hizo sus exploraciones en el Centro y Sur de América, a principios del siglo XIX, fue aturdido por el árbol de la leche (Brosimum galactodendron). Este contiene una savia lechosa que puede fácilmente ser extraída del árbol y convertida en una bebida aceptable.



Un aceite inflamable y un barniz son obtenidos del (Aleurites moluccana,) euphorbiácea nativa de las indias orientales.



Muchos árboles tienen cortezas y savias venenosas, el famoso veneno de las flechas que utilizaban los indios en Suramérica lo extraían de la (Stychnos toxífera.) La estricnina es derivada principalmente de las semillas de (Stychnos nux-vómica,) aunque es un veneno virulento, en pequeñas cantidades es apreciado como estimulante. Una trepadora leñosa, (Derris ellíptica,) es una de las muchas plantas que se introducen en el agua para dejar estupefactos a los peces, pero sus tubérculos, cuando secos y preparados, han sido utilizados como un insecticida válido para la protección de muchas cosechas. Recientemente, ha existido interés en el (Discoreophyllum cumminsii,) cuyos frutos son 300 veces más dulces que el azúcar y poseen una proteína que no engorda. No está demostrado que pueda ser un sustituto del azúcar, pero si utilizado en jarabes y bebidas con sabor.



La (Blighia rápida,) la fruta nacional de Jamaica, conocida como “Ackee” fue nombrada por el capitán Bligh del Bounty, que la trajo de las Indias Orientales después de que eventualmente distribuyera el fruto del pan. También es una planta interesante. El aro que rodea las semillas es un buen condimento, con gusto parecido a los huevos revueltos, pero las semillas son muy venenosas. Lo mismo ocurre con el tejo, donde la suave copa roja que envuelve la semilla se puede comer, mientras que la semilla es letal.



Al principio la madera extraída de los árboles se recogía de los que crecían de forma natural en las proximidades de los talleres constructores o carpinteros, pero a medida que fueron explorándose nuevas tierras, fueron encontrándose mejores bosques. En el siglo XVIII las grandes fábricas de muebles inglesas prefirieron trabajar con maderas de las Indias Orientales, la caoba. Parece extraño que hubiera barcos cargando troncos de árboles al país donde había madera en abundancia. Los franceses, sin embargo, prefirieron madera de las indias occidentales como el palo rosa (de la leguminosa Dalbergia) y satinwood (Cloroxylon swietenia).



La madera de teca (Tectona grandis) fue descubierta a principios del siglo XIX, por su gran fuerza y dureza también se mostró como una madera apreciable. El ébano (Diospyrus ebenum), con madera de color negro azabache fue altamente cotizada, es la médula con relación al ébano, procede del Este de Asia. Porqué ha llegado de repente esta demanda de maderas tropicales no está del todo claro, admitiendo que son mucho más bellas cuanto están bien pulidas, y que presumiblemente daban distinción a la gente rica capaz de adquirirlas. Es interesante conocer cómo los fabricantes de muebles aprendieron sus distintos usos. Es verdad que hasta este siglo una de las primeras cosas que llegaban de extraños países era investigar acerca de la madera local y sus usos.



La madera de hierro (Mesua férrea) es tan fuerte que ha sido un reto para los constructores de armarios trabajarla, mientras la (Guaracum officinale) posee madera tan dura y densa que no flota en el agua. En el otro extremo está la (Ochroma pyramidalis,) que es tan ligera que un sólo hombre puede fácilmente levantar una gran viga. Hoy todavía se usa en construcción de modelos.



Muchas de estas maderas tropicales son muy caras, por lo que no es comercial confeccionar artículos enteros con ellas, por ello se inventó la técnica del chapado. La mayor parte del mueble está construido con maderas menos caras y después se le pega la madera que desea. Aún hoy, las nuevas maderas tropicales son empleadas. Muchos suelos de parquet están construidos con afromosía (Pericopsis elata), una moderna introducción.



Existen muchas maderas aceptables en los árboles de los trópicos que el comercio forestal ha abandonado. Cuando un árbol desaparece, hay otro probablemente de igual calidad que toma su sitio. Esto parece una actitud poco inteligente, pero sirve los propósitos de los madereros hasta tanto y cuanto en los bosques y selvas tropicales les permitan cortar. Incidentalmente, una cantidad de estas nuevas maderas son frecuentemente antiguas, aunque ahora se denominen con mayor precisión. La teca puede ser la madera de un árbol singular, pero los madereros de otros árboles tropicales de madera dura pueden venderla como teka. Igualmente, cualquier madera negra está sujeta a ser conocida como ébano, aunque al final cinco géneros diferentes pueden suministrar madera con la misma dureza y color.



Los árboles han sido utilizados desde siempre para construir barcos, viviendas, medicinas y componentes para pinturas. Han sido utilizados también como fuente de sustitutos del plástico. Muchas de las primeras obtenciones estuvieron basadas en la producción de celulosa para papel, que era fácilmente extraída de la madera. Una de las primeras fibras hechas por el hombre, el rayón, era también un producto de la madera.



                                                                Sevilla julio 2016
*******************************************

HISTORIAS EN VERDE.-
1ª REFLEXION
LOS ARBOLES DE NUESTRA CIUDAD.-

Por

José Elías Bonells
Ex-adjunto  a la Jefatura del Servicio de Parques y Jardines
del Ayuntamiento de Sevilla

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&


1ª Reflexión,-  Los árboles de Nuestra Ciudad 

&&&&&&&&&&&&&&


INTRODUCCION

La magnitud de las grandes urbes y el creciente interés por la ecología han hecho que muchos ciudadanos vean en los árboles el mejor y más seguro antídoto contra la degradación de nuestras ciudades. 

Esta recopilación de los árboles de nuestra ciudad pretende transmitir un mensaje de protección y respeto hacia ellos. 

La indiferencia de la sociedad con respecto a su importancia en la ciudad debe ser postergada. 

No es nada nuevo, las mejores experiencias realizadas con éxito en otros países me han servido como elementos de referencia para esta propia y singular elaboración, creyendo que somos nosotros los profesionales y también los ciudadanos, los que debemos utilizar nuestras propias palabras para poner en juego nuestros propios deseos. 

El énfasis exagerado de la malsana actitud de "plantar árboles a toda costa", aunque éstos no puedan sobrevivir ni desarrollarse, es aún moneda demasiado frecuente en nuestros días. 

Corresponde a los sectores sociales más sensibilizados destacar la riqueza arbórea que poseemos, enseñar a protegerla, conservarla y disfrutarla. 

Tenemos que valorar nuestro patrimonio arbóreo y dar a conocer este valor para que el ciudadano lo conozca y sienta interés en conservarlo. 

Mi intención ha sido la de recopilar todos los géneros de árboles existentes en la ciudad que me han parecido de interés, un pequeño compendio de historia y de su amistad con el hombre. 

Como toda obra humana no será lo completa que desearía, por lo que cualquier crítica será bien recibida y desde luego aceptada.

Mi deseo es que su publicación genere encuentros, motive diálogos, movilice actitudes y promueva la creación de grupos interdisciplinares y cambios de actitudes que jerarquicen la importancia del árbol urbano en la ciudad. 

Ellos ocupan calladamente el lugar que se les asigna en la ciudad, donde permanecen en el más absoluto anonimato a pesar de los innumerables beneficios que aportan para la consecución de una mejor calidad de vida de la colectividad.

Un tema en el que las variaciones son innumerables, es una fuente inagotable de placer. 

Nadie duda en la actualidad de la importancia de los árboles para la supervivencia en nuestro planeta.

¡Qué placer cuando uno puede pasear bajo los árboles observándolos atentamente, incluso si conoce de ellos y qué riqueza de enseñanzas no es impartida sobre el terreno! 

La cultura del árbol debe ser difundida; su presencia casi siempre está unida a la historia y tradición de los pueblos. 

El árbol ha sido siempre, y ahora más que nunca, símbolo de calidad de vida, quienes están interesados en este bienestar los cuidan, respetan y tratan de que crezcan en las mejores condiciones en nuestras ciudades. 

Desde la antigüedad, han sido considerados símbolos de riqueza y parte fundamental de la cultura de la naturaleza y del medio natural. Un pueblo culto sabe cómo cuidar y respetar sus árboles e incluso por el estado de los mismos podemos conocer el nivel cultural de la ciudad. 

La inadecuada planificación urbana, manifestada por el uso inapropiado de los árboles en la ciudad es todavía un corolario diario, avalarlas por estudios científicos. 

La búsqueda de una respuesta que pretenda ser verdad única y universal es utópica, cada pueblo debe utilizar sus propias tradiciones adaptándolas a las nuevas técnicas de arboricultura moderna que aparecen constantemente. 

Asistimos día tras día a la destrucción de los árboles, siendo la ignorancia, a mi modo de ver, uno de sus principales problemas, se planifica sin contar con ellos, unas veces desde un frío gabinete o lo que es peor, con trabajos de campo en los que los árboles no son considerados, como si no existieran. Se redacta el proyecto y todo se da por bien hecho en aras de un falso progreso. 

Pero ¿qué progreso se puede defender atentando contra los árboles? 

Testigos mudos de los acontecimientos acaecidos en su entorno, con muchos años en sus troncos, sin considerar sus grandes valores urbanos o ecológicos, son abatidos y maltratados. 

El listado de catástrofes arboricidas ocurridas en nuestra ciudad en su tiempo no debe seguir aumentando. 

En su larga y sosegada vida los árboles nos marcan el paso de las estaciones, los ciclos vitales de nacimiento, crecimiento y muerte son el símbolo del tiempo y el espacio, tienen una disposición natural para hacer del tiempo y el espacio dimensiones sagradas. 

La mayor parte de los árboles singulares o monumentales están emplazados en lugares de especial vibración. El árbol se hace poderoso. Añoso y venerable ejerce sus influjos, el hombre lo concibe como tal y le confiere el sentido de árbol sagrado, y se hace responsable de su protección. 

Cuando un árbol alcanza por su tamaño, edad, emplazamiento o fuerza transpira una aureola que lo hace destacar entre los de su entorno, adquiere un significado diferente a ojos del ciudadano y enseguida recibe un nombre propio, expresión de la admiración que despierta, crea a su alrededor un "microclima" que lo envuelve como una "bendición". 

El desprecio al árbol debe terminar, debemos concienciar a los diseñadores de espacios urbanos que los ciudadanos queremos árboles, la construcción de un aparcamiento subterráneo, las obras del Metro, una autovía, una nueva avenida o algún ensanche, debe ser considerado respetando los árboles existentes, o potenciando más su presencia si cabe. Ante la alarmante falta de sensibilidad debemos levantar nuestra voz, para convencer a los políticos y a los proyectistas de lo urbano que los árboles nos son necesarios, son los técnicos los que con sus planes, proyectos y diseños quienes pueden contribuir más a respetar estos seres entrañables y necesarios para mejorar la calidad de vida de nuestras ciudades. 

Este serie de artículos no es algo de usar y tirar, no está hecho con rapidez, su gestación y elaboración ha sido lenta, pausada, nunca podemos decir que lo sabemos todo sobre los árboles, conforme nos adentramos en su mundo se ensanchan los horizontes de nuestros conocimientos, sólo a través de muchas consultas a diversos especialistas en diferentes campos se garantiza el rigor de las especificaciones expresadas en lenguaje llano e inteligible. 

Quizás todo esté un poco desordenado, las ideas se han ido entretejiendo como las ramas de los árboles. Es cuestión de vagabundear leyendo y dejar volar nuestra imaginación. 

"Estos árboles que a todos pertenecen, al cuidado de todos se confían".


                                           Sevilla julio 2016


No hay comentarios:

Publicar un comentario