En este mes de agosto, recorrer la Avenida es asistir a un triste espectáculo, no es agradable ni estético, contemplar la silueta de un naranjo seco y menos aún, verlos con sus hojas mustias muriéndose de sed. ¡Qué desprestigio para la ciudad! El delegado responsable del arbolado viario de Sevilla, si tiene sensibilidad medioambiental, debe corregir de inmediato esta dejación de funciones y apear ante que nada los naranjos secos de la Avenida y sobre todo, aunque sea con un camión cisterna, regar periódicamente los naranjos que están luchando por sobrevivir.
Jacinto Martínez
jueves, 1 de septiembre de 2011
Los naranjos secos de la avenida de la constitución
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