domingo, 23 de abril de 2017

Concentración en la calle Fernán Caballero




Alrededor de 60 ciudadanos nos reunimos en la calle Fernán Caballero, convocados por la Asociación ADEPA, motivo:  manifestar nuestra protesta por el arboricidio cometido en la casa que fue residencia de la Escritora Cecilia Böhl de Faber, que utilizaba el seudónimo de Fernán Caballero y el pintor José García Ramos


Se inició el acto con unas palabras de Joaquín Egea, presidente de la Asociación en Defensa del Patrimonio de Andalucía agradeciendo la asistencia y con un breve resumen de los personajes que habitaron esta vivienda, y de la arbitrariedad en la poda del magnolio que fue plantado por Cecilia Böhl de Faber y el limonero, plantado por José García Ramos 

José Antonio Francés González, leyó a continuación el siguiente manifiesto


CONTRA LA INDIFERENCIA

Uno de mis alumnos esta mañana me preguntaba, no sin motivos, ¿Para qué vamos a ir al acto de desagravio si ya los árboles están cortados, si ya el mal no tiene remedio y nada de lo que hagamos nos devolverá los árboles que plantaron la escritora Fernán Caballero y el pintor José García Ramos? En efecto, cortar un árbol es como cercenar una vida y tiene todo lo dramático e irremediable de la muerte. Pero, ¿de verdad debemos resignarnos a esta evidencia, sin más?

Parece que peor que el mal, que a veces no puede evitarse porque forma parte de la tentación humana, es que los buenos, los justos, se queden impasibles ante él. Amigos si en esta hermosa tarde de abril nos hubiéramos quedado en casa, si hoy no protestamos contra lo que ha ocurrido, que es lo que suele pasar con tantas causas justas, les estamos dando una carta blanca  a nuestros responsables para que nos gobiernen sin ninguna delicadeza ni dignidad, les estaos permitiendo que nos traten como a mercancía electoral, les estamos abriendo  la puerta para que nos dirijan desde la impunidad y la falta de respeto

Sí, ya sé que hay problemas más acuciantes (el paro juvenil, la pobreza y el hambre, la violencia y el terrorismo yihadista…) y que la vida no se detiene porque alguien autorice desde una oficina gris que corten dos árboles. No, el mundo no se para, es verdad. Pero si damos por buena esa forma de pensar les estamos dando la razón a esos burócratas sin sensibilidad que piensan que los ciudadanos son solares y células de edificación donde solo echan raíces los impuestos, los formularios y las plusvalías

Los árboles son una hermosa metáfora de lo que son los pueblos: hombres que echan raíces en una tierra y se funden a un paisaje, a una cultura. Un pueblo es pasado, aquello que podemos recordar, y si nos privamos de nuestra memoria, de nuestro patrimonio, somos como árboles a los que han cortado sus raíces

Los pueblos sin memoria están abocados a la barbarie, a repetir sus errores, a despreciar todo aquello que les rodea con la soberbia del ignorante

El grado de civilización de un pueblo se mide por el respeto que tiene a su memoria. Y eso es lo que estamos haciendo aquí, amigos, reunirnos civilizadamente para exigir una disculpa pública, para exigir una rectificación, un gesto de arrepentimiento, para pedir un poco de vergüenza torera. Que alguien, a quien corresponda, asuma la responsabilidad de lo que ha pasado y pida perdón a los ciudadanos, y vuelva a plantar en esta finca un limonero y un magnolio    

Pedimos respeto por nuestra memoria. Respeto por lo que somos. Pedimos que nadie ultraje nuestras raíces como les ha pasado a estos árboles centenarios.

Muchas gracias




Posteriormente, algunos de los jóvenes presentes recitaron algunos poemas relacionados con los árboles como “A un Olmo seco” de Machado, “El Magnolio de Luis Cernuda”… finalizando con la lectura al unísono del poema “Dice el árbol” de Manuel Benítez Carrasco.

 
Yo soy tu amigo y te digo:
por favor, no me hagas daño;
más si es necesario, sea
pero sólo el necesario

Jacinto Martínez, presidente de la Asociación de los Amigos de los Jardines de la Oliva recordó que el próximo día 3 de mayo se plantará un magnolio en el colegio Buen Pastor, en desagravio por la tala del magnolio de Fernán Caballero

Como curiosidad presenciamos el encuentro en la calle, que por cierto es peatonal, de dos vehículos, ambos accedieron con direcciones contrarias, posiblemente fueran vecinos 


1 comentario:

  1. Es un gran escrito, tan objetivo como ético y didáctico. Lo apoyo en su totalidad. Gracias Rosa una vez más por tu labor sensible y meritoria.
    ¡"El mundo es un pañuelo"! He visto a Joaquín Egea, mis hijas: Belén y Cristina, (que fueron muy amigas de su hija María), estuvieron como alumnas en el colegio Buen Pastor que él dirigía por aquel entonces y que fuimos vecinos en el Edificio Madrid de la calle Virgen de Valvanera...

    ¡Hay que manifestarse! Las personas que están al frente de estas gestiones de podas, está claro que no son las adecuadas y deben echarlos fuera de semejantes responsabilidades!
    Gracias a todos por vuestra sentida sevillanía.
    Un beso.

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