En busca de árboles, que podamos
destacar por su singularidad, visitamos los Jardines de Cristina, allí en un
reducido espacio hay árboles interesantes como la Lagunaria, que preside una
rotonda, los cipreses y casuarinas cuyos troncos delatan su edad, pero sobre
todo el plátano de sombra (Platano oriental) originario de los Balcanes y que
se considera el árbol abuelo de la ciudad, luce un grueso tronco, su estructura
ha sido varias veces alterada por las podas, quien sabe si pudiera hablarnos
que podría contarnos. Es un ejemplar
imponente.
Tras la visita a estos jardines
pasamos a los Jardines de la Universidad, aquí también pueden contemplarse
especies muy interesantes y exóticas como
el Pecano (Nuez americana) o Carya elionenesis). El Calocedro, los Palos borrachos, variedad
insignes, de flor blanca, el brachichito (Brachichiton bidwilli) pero lo que más
nos llamo la atención y nos lleno de indignación fue la poda que han propiciado
a sus naranjos, precisamente cuando comienzo a formarse su floración. Creemos que con la malévola intención de que evitando
su floración se evita la producirán de naranjas y con ello su recogida. Por sus
troncos vemos que son unos magníficos ejemplares con muchos años en su haber y
estas prácticas no son de recibo, precisamente el naranjo es un árbol que nos
deleita con el verdor de sus hojas todo el año y con el perfume y la belleza de
sus flores y no digamos nada cuando lucen sus frutos
Así lucen los naranjos, en este momento, en los Jardines de la Universidad |
Lamentablemente Sevilla es una
ciudad que salvo excepciones no quiere mucho a sus árboles, ante cualquier
evento surge la penalización se le asfixia cerrando sus alcorques, se poda sin
compasión con malintenciados deseos, se tala ante la caída de cualquier rama. Para
él no existe la compasión, cuando en la ciudad existen multitud de peligros de
mayor magnitud que un árbol, que producen mayores molestias que un árbol y que
nos dan bastantes menos beneficios que un árbol
También parece renegar a la
belleza de las flores, infinidad de arbustos se podan justo cuando están en
vías de floración, incluso cuando esta nos alegra la vista, sería cuestión de
que alguien explicara por qué, por qué se nos priva del bello espectáculo,
además gratuito, de una planta en flor
Entre los arboles tan
drásticamente castrados, como dice mi amigos Jacinto, hay un mandarino, que
aunque no único en la ciudad si puede estar entre los más mayores, pero esto de
los años no le ha servido para que lo respetaran, también ha sido castrado
Creo que en esta ciudad los que tenemos una
cierta sensibilidad y amor hacia estos seres, que no olvidemos son seres vivos,
tenemos que luchar infatigablemente hasta conseguir que un árbol sea
considerado como un ciudadano más en la ciudad, Es hora de que se dicten unas
ordenanzas que busquen dignificarlo para que sea protegido, cuidado y respetado, pero unas ordenanzas que no sean
un papel que incremente el volumen de un archivo, sino que lleven aparejada la
vigilancia de su cumplimiento y sancionando conductas contrarias
No hay comentarios:
Publicar un comentario